Por la Igualdad Salarial entre mujeres y hombres.

Los datos de la Unión Europea revelan que las mujeres en Europa ganan, por término medio, un 17,5% menos que los hombres. En el caso de España la brecha salarial aumenta hasta el 25,6%.
El 18 de noviembre de 2008, a instancias del Lobby Europeo de Mujeres, el Parlamento Europeo designó el 22 de febrero Día europeo por la Igualdad Salarial entre mujeres y hombres.
La incorporación de las mujeres al mercado laboral ha sido progresiva y constituye uno de los cambios más importantes en la estructura de la sociedad actual. El indicador básico para medir dicha incorporación es la tasa de actividad femenina, que ha pasado del 27,7% en el año 1980 al 52,93% en el cuarto trimestre de 2011. Ahora bien, a pesar del avance en materia de igualdad formal, el pleno acceso femenino a la educación universitaria o la normalización en la presencia de las mujeres en muchos ámbitos laborales, todavía existen desigualdades en el mercado de trabajo como la salarial.Las diferencias salariales están ligadas a una serie de factores, sociales y económicos, cuya importancia se extiende mucho más allá que el solo tema de igualdad salarial por un trabajo de igual valor. Frecuentemente, las mujeres ganan menos que los hombres realizando trabajos de igual equivalencia y una de las causas principales es la manera en que se valoran las competencias de las mujeres en comparación con las de los hombres. Las de los varones tienen un mayor reconocimiento y, en consecuencia, reciben más retribución. Asimismo, trabajos que requieren las mismas capacidades, cualificaciones o experiencia tienden a ser peor pagados e infravalorados cuando quienes los ejecutan son predominantemente mujeres y no hombres. Las diferencias salariales entre hombres y mujeres igualmente son reforzadas por la segregación del mercado laboral. La distribución de mujeres y hombres en el mercado laboral ofrece concentraciones de unas y otros en distintos sectores, siendo los ocupados por las mujeres los menos valorados y los que reciben peor remuneración. A ello también hay que añadir la falta de corresponsabilidad en las familias, la segregación vertical, que supone un desigual reparto de hombres y mujeres en la escala jerárquica e impide a las mujeres acceder a los puestos de decisión y mejor remunerados, y la presencia mayoritaria de mujeres en los empleos precarios y a tiempo parcial, lo que supone un salario reducido.
Para que el salario medio de una mujer en Europa sea igual al que un hombre recibe durante un año, ésta debe trabajar 418 días. Este número de jornadas laborales excede en 53 días los 365 del año natural, de forma que una mujer tendría que trabajar hasta el 22 de febrero del año siguiente para alcanzar el mismo salario de un hombre. De ahí que el 22 de febrero sea considerado como el Día Europeo por la Igualdad Salarial entre mujeres y hombres.

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